Desde que DePuy Orthopedics anunció que retiraría sus implantes de cadera ASR el pasado mes de julio, la filial de Johnson & Johnson se ha visto acosada por malas noticias y una percepción pública aún peor. Los modelos de implantes de cadera de metal sobre metal se diseñaron para ser más resistentes y se comercializaron para un público más joven. Pero en realidad, se descubrió que la construcción metálica de los implantes de cadera tenía un astronómico índice de fallos del 13%, ya que muchos pacientes se quejaban de dolor crónico y niveles anormales de cobalto y cromo en sus flujos sanguíneos. Enfrentada a más de 500 demandas estatales y federales por implantes de cadera, J&J anunció esta semana que el presidente de DePuy, David Floyd, dimitirá a finales de este mes.

La portavoz de Johnson & Johnson, Lorie Gawreluk, dijo a Bloomberg por correo electrónico que Floyd dimite para "perseguir intereses fuera de la empresa", y se negó a dar más detalles. Es difícil creer que el cese de Floyd no se deba, al menos en parte, a los enormes y costosos fallos de los implantes de cadera de DePuy. La empresa ya ha reservado 280 millones de dólares para pagar la retirada, y es probable que tenga que pagar mucho más a medida que se acumulen las demandas por implantes de cadera.

La semana pasada, el San Francisco Daily Journal informó de que las demandas por implantes de cadera en California podrían juzgarse aquí, en el Área de la Bahía. Esto se produjo después de que el Juez de Litigios Complejos del Tribunal Superior, Richard Kramer, indicara que podría favorecer a San Francisco frente a la más grande Los Ángeles, diciendo: "No asignaría algo a San Francisco si pensara que no puedo hacerlo."

Es importante señalar que DePuy no puede cargar con la responsabilidad exclusiva de estos implantes de cadera defectuosos. De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos, la agencia federal encargada de garantizar que todos los dispositivos médicos sean seguros, aprobó el modelo de implante de cadera ASR de DePuy con la ayuda de un proceso abreviado que da luz verde a cualquier producto que sea similar a otro que ya esté en el mercado. Un reciente reportaje del New York Times reveló que el setenta por ciento de los dispositivos médicos retirados en los últimos cinco años se aprobaron con la ayuda de este procedimiento simplificado.

La salida de Floyd de DePuy tendrá probablemente un impacto limitado en las demandas estatales y federales sobre implantes de cadera. Pero es una clara indicación de que, al menos desde una perspectiva empresarial, el liderazgo de Floyd ya no es beneficioso para DePuy.

Foto del autor

Andy Gillin se licenció en la Universidad de California en Berkeley y se licenció en Derecho en la Universidad de Chicago. Es el socio gerente de GJEL Accident Attorneys y ha escrito y dado conferencias en el campo de la ley de lesiones personales de los demandantes para numerosas organizaciones. Desde 1972 ha estado ayudando a las víctimas gravemente heridas en todo el norte de California luchar y ganar sus casos de lesiones personales. Andy es uno de los abogados más premiados y reconocidos por homicidio culposo en el norte de California.