Independientemente de lo que se piense de Toyota, el asediado gigante automovilístico que recientemente ha retirado del mercado casi 9 millones de vehículos en todo el mundo, hay que reconocer a la empresa el mérito de haber asumido la crisis y haberla convertido en un esfuerzo por impulsar las normas de calidad. Esta semana, por ejemplo, Toyota ha retirado más de 1,5 millones de vehículos, no por accidentes o denuncias, sino como medida preventiva.
"Cada vez que anunciamos una llamada a revisión, estamos dando un paso adelante en la mejora de la calidad", declaró Paul Nolasco, portavoz de Toyota. Las numerosas retiradas del año centradas en los pedales, prosiguió, "hicieron ver a Toyota que tenemos que volver a centrarnos en la calidad."
La opinión pública (y la opinión de los medios de comunicación) ha ido de un lado a otro en lo que respecta a Toyota. Al principio, tras cientos de quejas por acelerones involuntarios que provocaron accidentes e incluso muertes, se tachó a la empresa de imprudente y se le impuso una multa récord de 16,4 millones de dólares por no haber iniciado antes la llamada a revisión.
Poco después, los medios de comunicación se enteraron de un informe de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico por Carretera que indicaba que muchos accidentes de Toyota se debían, de hecho, a errores del conductor. A todos los efectos, parecía que la legislación pendiente de Toyota acabaría como las demandas contra Audi en los años 80, que se estancaron tras revelarse que un segmento de 60 Minutos de la CBS había trucado vehículos Audi en una demostración televisada. Aparte de las reclamaciones de los demandantes, la opinión pública estaba en su contra y las demandas fracasaron.
A principios de este mes, Allstate reavivó el fervor contra Toyota cuando lanzó una demanda solicitando 3 millones de dólares a la compañía para cubrir 270 reclamaciones de seguros que Allstate pagó y que, según ellos, fueron culpa de Toyota. "Algunos de los coches y camiones de Toyota tienen un defecto que provoca una aceleración repentina e incontrolada a velocidades de hasta 160 kilómetros por hora o más", decía la demanda. También dijo que los vehículos de Toyota pueden ser propensos a "Defectuoso electrónica y la ausencia de un fail-safe, como un sistema de anulación de freno a ralentí."
Aún no está claro cómo afectará esta nueva llamada a revisión a la reputación pública de Toyota. Por un lado, más llamadas a revisión atestiguan que muchos vehículos Toyota (ya van 10 millones) no cumplen ni siquiera las normas de seguridad más básicas. Pero también indica un esfuerzo de buena fe por garantizar la seguridad, incluso cuando Toyota no se ve obligada a ello.
Crédito de la foto: Kamoteus (A Better Way)