La semana pasada, cuando el presidente del Insurance Institute for Highway Safety, Adrian Lund, redobló sus críticas a la campaña del Secretario de Transporte Ray LaHood contra la conducción distraída, esperaba que LaHood respondiera. En su blog Fastlane del martes, hizo eso y más, lanzando un ataque enérgico y bien documentado contra los que dicen que las agencias estatales y nacionales no deberían hacer todo lo posible para acabar con esta peligrosa práctica.

La última vez que un grupo de presión trató de negar la importancia de los programas contra la conducción distraída, LaHood respondió con duras palabras. "Independientemente de lo que diga un poderoso grupo de presión, lo cierto es que enviar mensajes de texto y hablar por el móvil al volante es una epidemia mortal", dijo en una rueda de prensa. "Sugerir lo contrario es meter la cabeza en la arena. Gastar recursos considerables para sugerir lo contrario es un despilfarro flagrante".

Esta vez, LaHood dejó que los hechos hablaran por sí mismos. Sólo el año pasado, escribió, la conducción distraída causó 5.500 muertos y casi 500.000 heridos. Incluso el IIHS ha informado en el pasado de que enviar mensajes de texto o teclear al volante multiplica por cuatro las probabilidades de accidente. En abril, el Departamento de Transporte puso en marcha programas piloto de aplicación reforzada en Hartfort (CT) y Syracuse (NY). LaHood informa con orgullo de que, en sólo seis meses, "el uso del teléfono móvil en la mano ha descendido un 56% en Hartford y un 38% en Siracusa; y el envío de mensajes de texto mientras se conduce ha disminuido un 68% en Hartford y un 42% en Siracusa".

Para la mayoría, es un hecho constatado que el aumento de la tecnología ha provocado un incremento de las distracciones al volante. Afortunadamente, existen opciones tecnológicas para mejorar la seguridad de los conductores. Pero muchas de estas opciones distan mucho de ser omnipresentes, y aún no han provocado la drástica disminución de la conducción distraída que se necesita para convertir esta práctica en un tabú, como conducir bajo los efectos del alcohol o no llevar puesto el cinturón de seguridad.

Al hacer de la conducción distraída su prioridad número uno, el Secretario LaHood ya está empezando a ver una reducción del número de muertos y heridos por distracciones. Esto se debe en gran parte a las nuevas leyes contra esta práctica. Pero, dice LaHood, "también es importante que la gente se dé cuenta de que mientras luchamos para acabar con la conducción distraída y conseguir que los conductores asuman la responsabilidad personal de su comportamiento."

Así que comprométase a ser un conductor seguro evitando las distracciones al volante, y espere lo mismo de sus hijos, amigos, familiares y compañeros de trabajo.

Foto cortesía de Blog Fastlane

Foto del autor

Andy Gillin se licenció en la Universidad de California en Berkeley y se licenció en Derecho en la Universidad de Chicago. Es el socio gerente de GJEL Accident Attorneys y ha escrito y dado conferencias en el campo de la ley de lesiones personales de los demandantes para numerosas organizaciones. Andy es un abogado de homicidio culposo muy reconocido en California.