Es una cruel ironía que, a pesar de todos los avances médicos de los últimos siglos, algunas de las enfermedades más complejas y debilitantes sigan sin conocerse bien y su tratamiento sea, en el mejor de los casos, difícil de conseguir. El síndrome de dolor regional complejo (SDRC), o distrofia simpática refleja (DSR), como también se conoce, es una de esas enfermedades.

Aunque todavía no existe una cura para el CRPS, comprender las etapas de este trastorno es una parte importante para controlarlo y tratar cualquier síntoma relacionado. En esta entrada del blog hablaremos del diagnóstico, las fases y las opciones de tratamiento del SDRC, así como de los últimos avances científicos relacionados con esta enfermedad. Siga leyendo y, juntos, empecemos a desentrañar este complejo trastorno para encontrar soluciones que funcionen.

Respuesta rápida a la pregunta clave

Es una cruel ironía que, a pesar de todos los avances médicos que hemos logrado en los últimos siglos, todavía existen algunas de las afecciones más complejas y debilitantes, como el Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC). Esta afección progresa a través de varias etapas, por lo que es crucial comprender las complejas etapas del síndrome de dolor regional para un diagnóstico y tratamiento efectivos. El Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) se divide en tres etapas: Agudo, Distrófico y Atrófico. En la etapa aguda, los síntomas generalmente se desarrollan con relativa rapidez y pueden ser graves; en la etapa distrófica, la inflamación disminuye y el tejido se vuelve más rígido; y en la etapa atrófica, la hinchazón se reduce considerablemente y los músculos pueden atrofiarse.

¿Qué es el síndrome de dolor regional complejo?

El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es un trastorno del sistema nervioso simpático caracterizado por dolor crónico y alteraciones físicas que afectan principalmente a las extremidades. También conocido como distrofia simpática refleja (DSR), está causado por un funcionamiento anormal del sistema nervioso simpático que altera el equilibrio entre las entradas sensoriales y las respuestas motoras. Según los Institutos Nacionales de la Salud, el SDRC puede aparecer tras un traumatismo, como una intervención quirúrgica, una fractura ósea o un infarto de miocardio, pero también en ausencia de un desencadenante identificable. Esto dificulta el diagnóstico y el tratamiento, ya que no existen causas establecidas y aún no se han determinado tratamientos eficaces.

En general, se cree que en el SDRC intervienen factores neurológicos y psicológicos. Por ejemplo, algunos expertos creen que los trastornos psicológicos subyacentes pueden exacerbar los síntomas, mientras que otros sostienen que los factores psicológicos contribuyen poco o nada al desarrollo y mantenimiento del SDRC. Aunque la investigación ha sugerido que síntomas psicológicos como la depresión y la ansiedad pueden desempeñar un papel, todavía no existen pruebas definitivas. A pesar del constante desacuerdo sobre este punto entre los investigadores del campo, los estudios han descubierto sistemáticamente que los síntomas de dolor crónico son significativamente más prevalentes entre los afectados por el SDRC que entre la población general.

En última instancia, la causa exacta del SDRC no está clara; parece depender de complejas interacciones entre múltiples vías causales. A medida que continuamos nuestra exploración para comprender el SDRC y los diversos factores que contribuyen a él, es importante tener en cuenta todas las posibles explicaciones de esta preocupante enfermedad. Con una mayor concienciación y conocimiento, podremos acercarnos más a la búsqueda de opciones de tratamiento eficaces para quienes padecen este doloroso trastorno. Dicho esto, centraremos ahora nuestra atención en el análisis de los otros componentes clave para comprender el SDRC, es decir, sus causas y síntomas.

  • Según un estudio publicado en 2019, aproximadamente entre el 10% y el 20% de los casos de SDRC pueden convertirse en dolor crónico de duración prolongada y escasa respuesta al tratamiento.
  • La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) reconoce dos categorías de síndrome de dolor regional complejo (SDRC): El tipo I -anteriormente conocido como distrofia simpática refleja (DSR)- y el tipo II -que suele implicar una lesión nerviosa directa-.
  • Una revisión publicada en 2017 encontró que los enfermos de CRPS a menudo experimentan una variedad de síntomas como alteraciones sensoriales, cambios de temperatura, hinchazón, osteoporosis, rigidez articular y función motora impactada.

Causas y síntomas del SDRC

Las causas del SDRC no están del todo claras y actualmente no se conoce cura. Se cree que el trastorno puede desencadenarse por una lesión o traumatismo de los nervios, así como a veces por factores ambientales como la exposición prolongada al frío o las infecciones bacterianas. Algunos científicos también sostienen que la genética puede desempeñar un papel en la causa del síndrome.

Los síntomas comunes del SDRC incluyen dolor ardiente en la zona afectada, aumento de la sensibilidad al tacto, hinchazón e inflamación de la zona afectada, limitación de la amplitud de movimiento, rigidez, cambios en la temperatura y textura de la piel, desde una sensación de calor a una de frío extremo, y agrandamiento de los vasos sanguíneos en la parte afectada del cuerpo. Ocasionalmente también puede haber rigidez articular, hinchazón y cambios en el color de la piel debido a los rápidos cambios de temperatura.

Aunque hay mucho debate sobre las causas exactas del SDRC, una cosa es cierta: puede tener graves efectos físicos y emocionales en quienes lo padecen. Por lo tanto, es importante que las personas que lo padecen estén atentas a cualquier signo o síntoma que pueda indicar que sufren SDRC y reciban la asistencia médica adecuada lo antes posible. Con el tratamiento y el estilo de vida adecuados, quienes padecen esta compleja enfermedad pueden llevar una vida feliz y productiva mientras controlan sus síntomas.

Ahora que sabemos más sobre el CRPS y sus causas y síntomas, podemos aprender más sobre sus etapas. La forma en que estas etapas se manifiestan y se manifiestan de manera diferente según los casos individuales se analizará con más detalle en la próxima sección.

Etapas del SDRC

Cuando se trata del Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC), es importante ser consciente de las diversas etapas que pueden ocurrir en el viaje de una persona. La forma más exhaustiva de clasificar las etapas del SDRC es según los tres tipos propuestos por el Grupo de Trabajo sobre Taxonomía de la IASP en 2019. Estos son el Tipo 1 (anteriormente conocido como Distrofia Simpática Refleja o RSD) y el Tipo 2 (anteriormente conocido como Causalgia).

Se ha debatido si debería haber un tercer tipo adicional de CRPS que combine características tanto del Tipo 1 como del Tipo 2. Los defensores de esta idea argumentan que, dado que existen pocas diferencias consistentes entre el Tipo 1 y el Tipo 2, deberían unificarse bajo un único término general. Sin embargo, los detractores sugieren que el reconocimiento de dos tipos distintos podría enfatizar mejor la importancia de considerar tanto la afectación muscular como la del nervio periférico debido a sus diferentes contribuciones a la presentación clínica y el manejo.

Independientemente de qué lado se tome en este debate en particular, es crucial recordar lo importante que es la concienciación cuando se trata de comprender la variedad de síntomas asociados con cada estadio del SDRC y diagnosticarlo adecuadamente en sus estadios tempranos; algo que se tratará con más detalle en la siguiente sección.

Primera fase del SDRC: signos y síntomas iniciales

La primera etapa del síndrome de dolor regional complejo (SDRC) suele caracterizarse por una amplia gama de síntomas, todos los cuales pueden variar en intensidad. En la mayoría de los casos, los signos y síntomas iniciales que se producen durante esta etapa incluyen ardor, hormigueo o dolor notablemente aumentado alrededor de la zona afectada -generalmente un brazo o una pierna- cuando se toca en comparación con las zonas no afectadas. Otros signos frecuentes en esta fase son cambios en las sensaciones, como entumecimiento, aumento de la sensibilidad, hinchazón y problemas de amplitud de movimiento. No obstante, es importante señalar que en algunos casos puede no haber signos de traumatismo físico, aunque el dolor intenso persista y empeore con el tiempo1.

En este momento no está claro cuál es la causa exacta del SDRC2, aunque algunos proponen que el estrés psicológico y los factores emocionales desempeñan un papel importante tanto en el desencadenamiento como en la exacerbación del trastorno. Por otro lado, hay quienes sostienen que esta afirmación no está respaldada por pruebas científicas y la atribuyen en cambio a una respuesta neurológica o a un mal funcionamiento de la lesión original3.

Independientemente de la causa subyacente que se haya propuesto para desencadenar el síndrome de dolor regional complejo en sus inicios, es imprescindible que el diagnóstico y el tratamiento se lleven a cabo con rapidez para evitar más dolor y discapacidad a largo plazo. Aunque existen considerables debates sobre sus causas, el planteamiento de la comunidad médica para una gestión eficaz es unánime: actuación rápida y toma de decisiones compartida entre médicos y pacientes. Además, la intervención precoz con herramientas especializadas como la fisioterapia puede ayudar a reducir los síntomas y, al mismo tiempo, permitir que los pacientes sigan activos a pesar de su enfermedad4. A medida que avanzamos en el debate sobre las formas de diagnosticar y tratar el SDRC con mayor eficacia, se hace cada vez más evidente el impacto que la intervención temprana puede tener en los resultados de los pacientes.

1″Complex Regional Pain Syndrome". Mayo Clinic, 8 Jul 2020 https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/complex-regional-pain-syndrome/symptoms-causes/syc-20370840

2″Síntomas del SDRC". The Complex Regional Pain Syndrome Association (CRPSA) https://crpsa.org/crps-symptoms/

3″The Clinical Course Of Complex Regional Pain Syndrome: A Systematic Review", Kuiper et al., The Clinical Journal of Pain 2017 https://journals.lww.com/clinicalpain/Fulltext/2017/10000/The_Clinical_Course_of_Complex_Regional_Pain.7.aspx

4Schreyer AG, Frese A., "Complex regional pain syndrome", J Neurol., 2014; 261(Suppl 1):S136-S143 http://rdcu.be/q6Gv

Diagnóstico y tratamiento del SDRC

El diagnóstico y el tratamiento del SDRC pueden ser difíciles, pero son importantes para la atención óptima del paciente. Para diagnosticar el SDRC deben cumplirse los criterios diagnósticos establecidos por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor. Esto incluye antecedentes de traumatismo o cirugía en la zona del dolor, evidencia de alteración de la temperatura de la piel, cambios en el color de la piel, junto con otros signos y síntomas. El tratamiento suele incluir una combinación de medicamentos para tratar el dolor nervioso y la inflamación, así como fisioterapia y terapia ocupacional.

Aunque los tratamientos intervencionistas y la rehabilitación desempeñan un papel esencial en el alivio del dolor y el restablecimiento de la función, algunos creen que su impacto puede ser mínimo cuando la enfermedad ya se encuentra en una fase avanzada. Otros han sugerido que la combinación de medicación, fisioterapia y apoyo psicológico debería producir mejoras funcionales en la mayoría de los casos. Las investigaciones sugieren que la detección precoz es importante, ya que retrasar el tratamiento puede provocar daños nerviosos más irreversibles. Además, se ha propuesto que los pacientes que reciben antes terapias integrales tienen mejores resultados, en comparación con los que reciben tratamiento más tarde o sólo un tipo de tratamiento.

En definitiva, es esencial diagnosticar el SDRC pronto y buscar tratamientos integrales para obtener el mejor resultado posible en la reducción del dolor, el restablecimiento de la función y la mejora de la calidad de vida. Con una combinación de atención médica y terapias de rehabilitación, la recuperación del SDRC es posible.

Recuperación del SDRC

La recuperación del síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es un proceso complejo con muchos factores a tener en cuenta. El pronóstico general y las perspectivas de una persona dependen de sus síntomas particulares y del estadio de su enfermedad, así como de lo pronto que reciba atención médica y el tratamiento adecuado. Mientras que algunas personas pueden experimentar una remisión completa sin ninguna discapacidad residual, otras pueden experimentar un dolor persistente e incapacitante tras el SDRC.

En cuanto al proceso de recuperación en sí, hay algunos elementos clave que deben tenerse en cuenta para ayudar a restablecer la movilidad completa y la resolución de los síntomas con las mínimas molestias. En términos generales, es importante empezar suavemente con actividades que no impliquen movimiento o movimiento a un ritmo lento. Esto ayudará a desarrollar la fuerza gradualmente sin agravar más la afección. También puede ser beneficioso utilizar ayudas como férulas u otros soportes para la estabilidad general y la seguridad durante la actividad, especialmente cuando se está empezando. Al mismo tiempo, las sesiones de fisioterapia pueden ser útiles para aprender técnicas de relajación y ejercicios de estiramiento que pueden ayudar en el proceso de recuperación.

En particular, existe un debate sobre si los tratamientos fríos o calientes son más eficaces para la recuperación de los pacientes con SDRC. Mientras que muchos médicos recomiendan desde hace tiempo tratamientos fríos, como bolsas de hielo o dispositivos de enfriamiento similares, para ayudar a reducir la inflamación, investigaciones recientes han descubierto que el tratamiento con calor localizado puede ser más eficaz para disminuir la intensidad del dolor que el tratamiento con frío. Sin embargo, también debe tenerse en cuenta que ambos tratamientos deben utilizarse con precaución, ya que el contacto directo a través de hielo o compresas calientes puede provocar una mayor irritación de la piel y complicaciones si no se hace correctamente.

Además de los tratamientos prácticos como la fisioterapia o los tratamientos de calor/frío, las modalidades terapéuticas pueden desempeñar un papel en la ayuda a la recuperación del SDRC. Las sesiones de psicoterapia pueden proporcionar un entorno en el que las personas se sientan cómodas para hablar de sus experiencias emocionales tras ser diagnosticadas de SDRC, de modo que puedan recibir apoyo emocional a lo largo del proceso de recuperación. Del mismo modo, se ha descubierto que la biorretroalimentación ayuda a las personas a monitorizar las sensaciones relacionadas con sus síntomas y les proporciona un mayor control sobre cómo perciben personalmente dichas sensaciones, lo que contribuye a reducir los niveles de dolor cuando se aplica correctamente.

En resumen, la recuperación del síndrome de dolor regional complejo requiere una cuidadosa consideración de las terapias físicas, así como intervenciones de apoyo emocional como la psicoterapia y la biorretroalimentación, para que las personas recuperen de nuevo el control total sobre sus cuerpos y sus vidas. Con un tratamiento adecuado e intervenciones adaptadas específicamente a cada caso individual de SDRC, es de esperar que las personas diagnosticadas puedan encontrar alivio a sus dolorosos síntomas y recuperar una mejor calidad de vida.

Preguntas y respuestas habituales

¿Qué tratamientos existen para cada estadio del SDRC?

Los tratamientos disponibles para cada estadio del síndrome de dolor regional complejo (SDRC) dependen en gran medida de la gravedad de la enfermedad y del origen del dolor. En general, el tratamiento del SDRC se centra en aliviar los síntomas y recuperar la movilidad. Los tratamientos habituales incluyen fisioterapia, terapia ocupacional, apoyo psicológico, medicamentos como antidepresivos o anticonvulsivos, y procedimientos intervencionistas como bloqueos nerviosos o inyecciones.

La fisioterapia ayuda a mejorar la amplitud de movimiento y a reducir los espasmos musculares, mientras que la terapia ocupacional puede contribuir a mejorar la funcionalidad y facilitar la realización de las actividades cotidianas. El apoyo psicológico puede proporcionar apoyo emocional y estrategias de afrontamiento. Los medicamentos pueden ayudar a controlar el dolor, mientras que los procedimientos intervencionistas se dirigen a la causa subyacente del dolor.

Es importante señalar que el caso de cada paciente es diferente, por lo que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Dicho esto, es importante hablar con un médico cualificado sobre sus necesidades específicas para elaborar un plan de tratamiento eficaz.

¿Qué complicaciones a largo plazo puede tener el SDRC?

Las complicaciones a largo plazo del síndrome de dolor regional complejo (SDRC) pueden ser tanto físicas como emocionales.

Desde el punto de vista físico, el SDRC puede causar lesiones articulares, rigidez y contracción muscular, osteoporosis e inflamación. Con el tiempo, algunas personas con SDRC afirman haber perdido la sensibilidad en las extremidades afectadas debido al daño nervioso. Estas complicaciones pueden dejar al paciente incapacitado para mover sus extremidades o realizar tareas básicas sin ayuda.

Desde el punto de vista emocional, el intenso dolor y la incapacidad del SDRC pueden provocar depresión y ansiedad. Algunos pacientes también pueden experimentar dificultades para dormir o cambios en sus relaciones habituales debido a las limitaciones causadas por su enfermedad. La combinación de dolor físico y estrés emocional puede hacer que resulte muy difícil afrontar la vida cotidiana.

Es importante que las personas con SDRC sigan comprometidas con un plan de tratamiento a largo plazo para controlar sus síntomas y prevenir complicaciones posteriores. Las visitas periódicas de seguimiento al médico, junto con la fisioterapia, la terapia ocupacional, las técnicas de control del dolor y los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con SDRC.

¿Qué síntomas se asocian a cada estadio del SDRC?

Cada etapa del síndrome de dolor regional complejo (SDRC) se asocia a síntomas diferentes, aunque los síntomas exactos experimentados pueden variar de una persona a otra.

Etapa 1: En esta etapa inicial, suele haber un dolor desproporcionado con respecto a la lesión inicial y un aumento de la sensibilidad en la zona afectada. También puede haber hinchazón, cambios en el color de la piel, rubor, calor o frío, sensibilidad y decoloración ocasional.

Etapa 2: Los síntomas durante esta etapa pueden agravarse, con un aumento del edema (hinchazón), hipersensibilidad de la piel y una sensación de quemazón que generalmente persiste.La pérdida de amplitud de movimiento, la rigidez articular y los cambios en la sudoración son otros signos de esta etapa.

Etapa 3: En este punto, empiezan a aparecer contracturas musculares o "articulaciones congeladas" como resultado de la excesiva cantidad de tejido cicatricial alrededor de la articulación afectada. También pueden aparecer entumecimiento y hormigueo en toda la zona.

Estadio 4: Durante el estadio final y más grave, el SDRC ha alcanzado su máxima intensidad. Los músculos atrofiados y los reflejos disminuidos son signos distintivos de esta afección dolorosa, así como un dolor neurológico intenso que se irradia a todas las extremidades. Además de estos síntomas físicos, los pacientes también pueden experimentar caída del cabello, uñas quebradizas y dificultad para tragar o hablar.

Fuentes

https://www.ninds.nih.gov/Disorders/All-Disorders/Complex-Regional-Pain-Syndrome-Fact-Sheet

https://www.iasp-pain.org/GlobalYear/CRPS

https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/complex-regional-pain-syndrome/symptoms-causes/syc-20371151

https://rsds.org/learn-about-crps/stages-of-crps/